miércoles, 1 de julio de 2009

Que se bailen otra cueca (Parte 2)



El desarrollo de la política económica absolutamente liberal por parte del gobierno de Alberto Fujimori abrió las puertas a la inversión extranjera y fueron los empresarios chilenos lo que sin hesitar ingresaron sus capitales al mercado nacional jugando sus fichas en empresas ubicadas en sectores estratégicos para el país. Se daba inicio a otro tipo de conflicto con los chilenos, ahora en el terreno económico. No en vano, fue el mismísimo Pinochet que aún ostentaba el cargo de Comandante en Jefe del ejército chileno quien, reunido con los empresarios sureños en Iquique en el año 1992, espetó la infeliz arenga: “Compren el Perú que lo están vendiendo barato” ¿Quieren garantías? La tienen al 100%, de eso se encarga el Ejército de Chile”.

Es así que los peruanos pasamos de consumir vinos chilenos en caja o botellas y duraznos enlatados a ser absorbidos por una vorágine de inversiones chilenas que se iniciaron en el campo de la construcción (Centro comercial Jockey Plaza) y los supermercados (Santa Isabel) para ir abarcando año tras año casi todos los sectores de la actividad industrial, comercial y de servicios del país. Así tenemos empresas chilenas manejando la generación, transmisión y distribución de la energía eléctrica (Edegel y Edelnor), las empresas de retail y de hogar que dominan el mercado peruano (Ripley, Saga Falabella, Sodimac, Tottus), los supermercados insignia del Perú (Wong y Metro) fueron comprados por la empresa chilena Cencosud ante la indignación nacional que jamás pensó que estas empresas símbolo de “peruanidad” fueran vendidas por sus dueños a inversionistas rotos. Navieras, almacenes de carga, operadores logísticos y de infraestructura de puertos (CSVA, Imupesa, Agunsa, Neptunia) son de capitales chilenos, aparte de las intenciones de entrar en sociedad con el grupo peruano Romero en la concesión de puertos al interior del país. La línea aérea que tiene prácticamente el monopolio de los “cielos abiertos” del Perú (con ley incluida a su favor promulgada durante el gobierno de Alejandro Toledo) es de propiedad chilena (Lan Chile bajo la personería jurídica de su subsidaria nacional Lan Perú) que por cierto no se cansa de pasarnos la factura de los desbarajustes que le causó la presencia de la línea aérea peruana Aero Continente que hace unos 5 años hizo temblar el mercado chileno con sus mejores precios y que fue prohibida de operar tanto en Chile como en Perú por sus vinculaciones con el narcotráfico.

Perú Rail la empresa que maneja con prepotencia el monopolio del tren a Machu Picchu es de capital chileno al igual que una significativa cantidad de empresas contratistas que trabajan en las minas más importantes del Perú; Financieras, empresas de comercialización y distribución de gas, y combustibles, así como laboratorios de la industria farmacéutica y redes de farmacias (Fasa, Inkafarma y BTL), cementerios, gimnasios, agencias de viajes, telecomunicaciones, inversiones inmobiliarias, siendo la más llamativa aquella asociación de la poderosa constructora chilena Belco con Graña y Montero para construir “22,000 viviendas populares” en el terreno del aeródromo de Collique , tras “faenón” de algunos funcionarios de turno que han vendido el metro cuadrado a menos del 10% de su valor real. Existe información respecto a que hay más de cuatro millones de hectáreas pertenecientes a las regiones amazónicas del Perú que tienen solicitudes de adjudicación por parte de empresas transnacionales de producción de etanol y biodiesel, en su mayoría chilenas.

Un tema adicional es la presencia de los productos chilenos en el rubro de alimentos habiendo copado prácticamente todo el mercado nacional. El grupo Nestlé compró la tradicional fábrica de golosinas peruanas D´onofrio mientras que Nabisco hizo lo mismo con Field, en tanto que Carozzi tiene una importante actuación en el mercado peruano en el rubro de pastas con la marca Molitalia, Costa en chocolates y galletas, Ambrosoli en caramelos y confites, Pomarola en salsas de tomates, además de participar en los rubros de bebidas instantáneas, postres y pulpas de fruta. Hoy en día la fórmula de la bebida nacional peruana Inca Kola se produce en Chile por decisión logística de sus dueños (Coca Cola).

Watts Alimentos, dueña de Laive SA., no se queda atrás con participación en la venta de mermeladas, jugos, margarina, aceites, salsas, leche en polvo, leche líquida y mayonesa y el holding Corpora, dueña de las marcas Tresmontes y Aconcagua comercializa bebidas instantáneas, fruta en conserva, pasta de tomate, pulpas de fruta, vegetales congelados, además de mermeladas, postres y vinos. Por otra parte, las empresas chilenas tienen una participación significativa en el mercado peruano de los productos de aseo y limpieza.

Es importante mencionar el oscuro antecedente de la fábrica de pastas Luchetti de propiedad del poderoso grupo chileno Luczik que en 1996 construyó una planta de fabricación en Chorrillos, al sur de Lima, en una zona próxima al humedal conocido como los Pantanos de Villa que es un área silvestre reservada., sin contar con los estudios de impacto ambiental requerido y contraviniendo las observaciones efectuadas por la Municipalidad de Lima. Este tema de carácter municipal y administrativo terminó siendo un tema crítico en las relaciones comerciales entre ambos países. La cancillería y gremios empresariales chilenos saltaron a defender la posición de Luchetti señalando que se ponía en riesgo la seguridad jurídica de las inversiones chilenas en el Perú. Incluso, entre 1998 y el año 2000 los principales ejecutivos del grupo Luczik se reunieron en las salas del SIN con el enigmático asesor de inteligencia de Fujimori, Vladimiro Montesinos para negociar favores judiciales en los procesos que le seguía la Municipalidad de Lima, llegándose a confirmar por parte de los asistentes de Montesinos que el señor Andrónico Luczik entregó al asesor un maletín conteniendo dos millones de dólares, supuestamente orientados a financiar la campaña de la re relección de Fujimori del año 2000. En otra reunión Gonzalo Menéndez, Gerente de Luchetti, le pide a Montesinos “una guerra corta y sangrienta” contra el alcalde Alberto Andrade. Finalmente y dados a conocer los hechos descritos, la Municipalidad de Lima ordenó la paralización de obras y cierre definitivo de la fábrica. Después de dos años de litigio, el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas e Inversiones (CIADI) falló a favor del Estado peruano en la controversia planteada por la empresa Lucchetti en la que solicitaba una indemnización de 150 millones de dólares.

Hay más temas controvertidos entre peruanos y chilenos que son de mayor dominio público resaltando entre ellos la naturaleza y denominación de origen del aguardiente denominado pisco que se produce en ambos países y que responde a dos bebidas muy similares en su elaboración pero distintas en calidad (mientras que el brandy peruano tiene un procedimiento más sofisticado y se obtiene destilando entre 8 a 10 kilos de uva por botella, el chileno es un aguardiente que se prepara con la mitad de uva que el peruano y se mezcla con agua desmineralizada). En tanto que los peruanos tienen la certeza que su producto es muy superior en promedio que el chileno, también establece su posición de defensa de la denominación de origen vinculado al espacio geográfico del lugar donde se produce (la ciudad peruana de Pisco fue fundada en el año 1640 en tanto que la localidad de Pisco de Chile se crea en 1936 cuando se le cambia de nombre al pueblo La Unión por Pisco Elqui) tal como es el caso del champagne en Francia, en tanto que los chilenos defienden la posición genérica de la denominación como ocurre con el vino. Lo que si es cierto es que los chilenos han industrializado su producción de pisco en mucho mayor escala y su consumo local es bastante más alto que el peruano. Temas menores son las discusiones por el origen de la papa en donde no cabe mayor discusión sobre el origen peruano de la misma y hasta fue motivo de una gran discusión la comercialización de la empresa chilena Soprole del postre suspiro limeño y sin embargo se obvió el detalle que la fábrica chilena de Postres Helados de San Francisco de Loncomilla también comercializa el helado de suspiro limeño.

Repasados estos antecedentes resulta evidente que tanto peruanos como chilenos tenemos motivos más que suficientes para estar enfrentados, divididos y vivir en un permanente y mutuo sentimiento de enemistad. Actualmente, más de 80 mil peruanos viven el Chile a donde marcharon en búsqueda de un destino mejor. La gran mayoría es gente humilde sin mayor formación y que se ocupa en actividades que demandan mano de obra no calificada y que poco a poco van ganando un espacio de aceptación por parte de la ciudadanía chilena que va reconociendo en buena parte de ellos a personas trabajadoras y con ganas de salir adelante, más allá de la discriminación de la que son objeto.

La finalidad de este artículo no es promover una cadena antichilena más de las muchas que se generan por internet para uno y otro lado, sino recordar los hechos tal cual han ocurrido a lo largo del tiempo. Estamos al centro del enfrentamiento. No pedimos boicotear empresas chilenas que compiten con las reglas que le permite el Estado peruano pero tampoco las defendemos con el fervor y apasionamiento con que suelen hacer los liberales y funcionarios peruanos que trabajan en los consorcios chilenos.

Somos conscientes que en Chile las reglas para la inversión peruana no son ni serán las mismas que se dan en el Perú y mucho menos que las empresas peruanas tendrán participación en determinadas actividades estratégicas chilenas como son la energía, los puertos, aeropuertos, hidrocarburos, minería y demás.

En realidad se trata de una tensa relación de vecinos que deberá ser tratada con paños fríos y durmiendo siempre con un ojo abierto. No queremos a Eduardo Bonvallet y al general Edwin Donayre como referentes de nuestra relación. Puede que sean sólo estilos de cada país. Mientras el lema del Perú es “Firme y feliz por la unión” el de Chile es “Por la razón o la fuerza”. Ahí está el detalle.

2 comentarios:

Pato dijo...

Es verdad los chilenos estamos presentes en actividades que los peruanos no podrían participar en Chile pero no se quejen que les damos trabajo.

FJ dijo...

Colega, no me es algo novedoso lo que comentas, sin embargo es una suerte de discusión interna la que tengo respecto a temas de esta índole. Me explico, este año tuve la dicha de conocer tu país, me pareció un lugar precioso, respetuoso a más no poder de su historia (cosa que acá en Chile nos haría bastante bien, pero la producción gana ,y por lejos, ,la competencia v/s los adoquines) me gustó mucho el conocer que los historiadores de tus tierras llaman a los españoles como conquistadores en vez de invasores.

Me gustó mucho saber que habían chirimoyas, producto tan típico del lugar donde vivo, tal vez la expansión ayudó mucho a acercar nuestra cultura en algún tiempo, también es cierto que en el norte de Chile (el Chile altiplánico) es culturalmente más cercano con el norte de Argentina, parte de Perú y Bolivia.

Sin interés de sonar cliché somos pueblos hermanos (aunque a l@s gobernador@s y empresari@s no les convenga actuar acorde a esa frase).

Los grupos empresariales que mencionas, no solo son dueños de parte de Perú, sino que lo son de todo Chile (imaginate cómo sería si Piñera, principal accionista de varias empresas grandes entre ellas Lan, ganara las elecciones).

En fin el tema (o los muchos varios que despierta, como todo topico polémico) da pa largo... sabes? en mi viaje encontré muchas reaaciones, hostiles hacia mi nacionalidad,así como también amistosas (tanto de gestos de amistad abnónima, como conocida a priori) y probablemente yo también fuí amistoso y hostil en mi paso por Perú...así como también tal vez lo estoy siendo al escribir ahora.. y cuando le escribo a mis amigos... el detalle es que nos centramos en nuestras nacionalidades como un foco a considerar.. que loco hermano.