domingo, 10 de agosto de 2008

JUEGOS OLIMPICOS PERU 2024


Lima, 10 de agosto de 2024


El fragor de 500 pututus atrapando el espacio del estadio olímpico José Luis Carranza, más conocido como el “Pumómetro”, ubicado en la residencial y exclusiva zona de Los Olivos en Lima, fue el inicio de la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos Perú 2024. Inmediatamente, cientos de sicuris armados de zampoñas rodean a Manco Capac y Mamma Ocllo, interpretados por los jóvenes actores Federico Dantón García y Gabriela Carmona Rodríguez, quienes inician su descenso por las gradas, en una recreación de la leyenda de la fundación del Imperio Inca, en versión teatralizada por la antropóloga Elianne Karp Vda de Toledo e inmortalizada por el galardonado director Alex Otiniano. En paralelo, 500 músicos al mando de María del Carmen Dongo se reúnen con cajones peruanos de percusión en el centro del Estadio, mientras 300 bailadores de Perú Negro forman un artístico mosaico de danzas negroides en el centro del campo para luego dar pase al grupo Yuyachkani, quien ejecuta un vistoso pasacalle.

Hace su aparición una colorida estampa de la cultura peruana en la que confluyen elementos, personajes y trajes típicos de las diferentes zonas de costa, sierra y selva del Perú, que forma en el escenario un gigantesco retablo, creado por Ciro Taype, diseñador de Pisquito, la mascota de los Juegos Olímpicos Perú 2024. Un brioso corcel blanco lleva a una misteriosa amazona cubierta de un tul que oculta su identidad; 5 niños del Colegio Newton, representando a los continentes, debelan el tul y descubre a la estrella de cine soho Leisy Suárez, vestida con la bandera olímpica.

Juan Diego Flórez entona “Mater Perfecta”, himno de los juegos olímpicos compuesto por Gian Marco Zignago, inspirado en su madre, con el acompañamiento de la Orquesta Sinfónica de la Universidad Alas Peruanas. Miles de jóvenes vestidos con los colores azul, negro, amarillo, rojo y verde forman los cinco anillos olímpicos que después de un cambio de ritmo y otros colores se convierte en la bandera del Tahuantinsuyo, para algarabía de la nutrida concurrencia gay. Se apagan de golpe las luces del estadio y se da inicio al gran corso de Tottus en el que desfilan 30 carros alegóricos simbolizando los productos bandera de los diferentes continentes, cerrando su paso con los esperados fuegos artificiales que llenan de colorido la opaca noche limeña.

Manuel Burga Seoane, presidente del Comité Organizador Olímpico de Perú 2024, que es, a su vez, el presidente vitalicio de la Federación Peruana de Fútbol, quien, como se recuerda, reemplazó en el cargo al nonagenario Arturo Woodman Pollit, que se vio obligado a renunciar al cargo aquejado de una serie de males propios de su avanzada edad; en compañía del presidente del Comité Olímpico Internacional, el ex atleta canadiense Ben Johnson, declamaron emotivos discursos de bienvenida. Acto seguido el presidente del COI invitó al Excelentismo Presidente del Perú, Ing. Kenji Fujimori Higushi, a declarar inaugurados los Juegos de la XXXIII Olimpiada. Posteriormente, en comunicación virtual desde Ciudad de Vaticano, Su Santidad el Papa José María I, Juan Luis Cipriani, envió un caluroso saludo a los participantes y, especialmente a sus compatriotas, deseando que las olimpiadas se inspiren en la paz y rogó para que la guerrilla de los hermanos Humala no empañe este magno evento.

Siguiendo los cánones de la carta olímpica respecto a la ceremonia inaugural, se da inicio al desfile de los 20.000 atletas, deportistas y técnicos que participan en los Juegos representando a las 200 delegaciones de Comités Olímpicos de todo el mundo. Grecia, como país fundador de los Juegos Olímpicos, abre el desfile, y Perú, país anfitrión, lo cierra con una nutrida delegación encabezada por el veterano campeón bolivariano de Vale Todo, Iván “El Pitbull” Iberico.

El momento cumbre se da con la llegada de la antorcha al Estadio y el recorrido de los atletas portadores que culminan el rito olímpico, siendo conmovedor el último relevo de la tea ardiente a cargo del octogenario ex atleta peruano Fernando Acevedo, cuya marca nacional de los 100 metros planos impuesta en el año 1969 se mantiene aun vigente, quien al estilo tradicional y con temblorosas manos, enciende el pebetero con el fuego olímpico, símbolo de la fuerza que velará, día y noche, todas las competiciones hasta el momento de la clausura.

Bajo la llama sagrada, con la bandera olímpica presidiendo el estadio y en presencia de todos los abanderados como testigos, el futbolista Juan Alonso Bazalar, nieto del mítico jugador peruano Juan Carlos Bazalar, que jugó fútbol profesional hasta los 50 años y la jueza olímpica Carolina Lizárraga, pronuncian el solemne juramento de competición limpia e imparcialidad en nombre de los participantes en los Juegos.

Se acerca el final de la inauguración y el arte vuelve a estar presente en la ceremonia. Hacen su ingreso al escenario Juan Diego Flórez, Eva Ayllón, Gian Marco, Pedro Suárez Vertiz, Dina Paucar, Sandra Muente, Dayvis Orozco y el legendario Arturo “Zambo” Cavero, para ofrecer al mundo un popurrí de canciones peruanas e internacionales, siendo la más sobrecogedora aquella interpretación del aria Nessum Dorma de la ópera Turandot del célebre compositor Giácomo Puccini en la voz del barítono asopranado peruano Abelardo Gutiérrez Alanya, conocido mundialmente como Tongo.

Finalmente, el alcalde de Lima, Luis Castañeda, entregó la llave de la ciudad a las delegaciones y en un breve pero significativo acto, cortó, henchido de emoción y al borde de las lágrimas, la cinta que declaraba culminadas las obras del corredor vial Lima Norte y Sur que iniciara su señor padre en el año 2007 mientras ejercía su segundo mandato como alcalde de la ciudad.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelente

César L. dijo...

Todo puede pasar....es el Perú señores.